sistema económico, político, social y cultural en el que los medios de producción son privados, y tiene por objetivo la generación y acumulación de beneficios económicos de quien posee estos medios. Este sistema solo es posible gracias a la explotación del trabajo de las personas asalariadas y la externalización de los trabajos y costes de reproducción de la vida en el ámbito del hogar.

suma de las horas de trabajo teniendo en cuenta todos los tipos de trabajos y tareas, haciendo especial énfasis en incluir en el cálculo las tareas reproductivas y de cuidados. A menudo se utiliza para calcular las diferencias entre las horas de trabajo de hombres y mujeres.

la conciliación es el término que usamos para hablar de la organización de los tiempos de trabajo en relación con los tiempos para la vida familiar o doméstica y personal. Algunas teóricas han superado el concepto de conciliación sustituyéndolo por el de corresponsabilidad. Con este cambio, las tareas de cuidado dejan de ser problemas individuales o domésticos para pasar a ser problemas sociales, que deben enfrentarse en un marco igualitario y donde todas las partes deben asumir su parte de responsabilidad social, tanto los hombres y las mujeres como las empresas y la administración.

debido a los cambios sociales de las últimas décadas, en los países del norte global la reproducción de la vida se ha hecho insostenible y no ha sido asumida por el Estado ni por el mercado. Una de las respuestas que se han dado es la externalización de las tareas de cuidado a otras mujeres (de otras edades y sin cargas familiares) o a personas migradas del sur global, que a la vez están dejando de asumir las tareas de cuidado de personas a sus países de origen, tareas que quedan relegadas a otras mujeres, creando lo que se ha llamado cadenas globales de cuidados.

reparto igualitario, en cuanto a tiempo, bienestar y valor social atribuido, de las diversas tareas para la sostenibilidad de la vida y el sustento de cualquier organización o sistema.

concepto introducido por la economía feminista que reivindica que las vidas humanas dignas de ser vividas deberían ser el objetivo principal del sistema económico, produciendo un desplazamiento del beneficio económico como interés principal de la economía actual. En este sentido, el concepto de sostenibilidad de la vida implica también reconocer cuáles son los trabajos y los tiempos para las tareas domésticas y de cuidado para que sean contabilizadas en la economía formal.

diferenciamos entre el trabajo remunerado y el trabajo no remunerado y entre el trabajo productivo y el trabajo reproductivo, que también podemos denominar trabajo doméstico y de cuidados. Dentro de la teoría feminista, hay mucha polémica sobre qué incluye cada uno de estos trabajos, lo que es innegable es la jerarquización que se establece del trabajo remunerado y productivo por encima del trabajo no remunerado y reproductivo.

serie de actividades destinadas a atender el cuidado (propio, del hogar o la familia) y a cubrir la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras para su cuidado. Buena parte de este trabajo reproductivo no se remunera, es mayoritariamente femenino y no está inscrito en la lógica mercantil. Es un trabajo que no está reconocido como tal por la actual organización social.

el trabajo remunerado es el que organiza los tiempos sociales, es decir, el tiempo que destinamos a hacer todas las actividades cotidianas. La organización social de los tiempos actualmente excluye, invisibiliza y dificulta la realización de las tareas del trabajo doméstico y de cuidados, necesarias para el sostenimiento de la vida.