Organización de los trabajos y las tareas
Hay toda una serie de actividades visibles o invisibles a las que no se otorga ningún tipo de valor (cuidar el espacio y a las personas, coger el teléfono, abrir o cerrar la puerta...), como si llevarlas a cabo no implicara ningún tipo de esfuerzo. Damos la misma importancia a las tareas que hace todo el mundo?
- Descripción
¿De qué hablamos cuando hablamos de la organización de los trabajos y de las tareas? Hablamos de ser conscientes de todas las tareas que desarrollamos en el seno de la entidad: cuáles son, quien las hace, cómo están reconocidas y qué comportan en términos de malestar o bienestar.
Los trabajos y las tareas que desarrollamos en las entidades están organizados por una jerarquía androcéntrica que otorga un determinado valor y reconocimiento a cada tarea: las asociadas a los roles tradicionalmente asignados a los hombres (a menudo, claramente productivas) son muy visibles y bien valoradas, y las asociadas a los roles tradicionalmente asignados a las mujeres (aquellas de carácter más reproductivo, que posibilitan el bienestar y la sostenibilidad de la entidad) son las más invisibilizadas y las que quedan en peor posición.
El valor y el reconocimiento que damos a todas las tareas que son necesarias para el funcionamiento de una entidad —ya sean productivas o reproductivas—, así como la distribución interna que hacemos, afectan de forma clara el bienestar o malestar de las personas, su autoestima y reconocimiento dentro de la entidad, así como su desarrollo profesional.
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- Situación de las entidades
En las entidades de justicia global y en las entidades sociales, el reparto equitativo de tareas no es en sí mismo un problema que se detecte como una prioridad a trabajar; a pesar de todo, se evidencian algunos malestares relacionados.
Se observa una contradicción: ante la afirmación «sientes que se valora y se reconoce tu trabajo», las respuestas son mayoritariamente positivas, ya que la respuesta media es de 4,2 puntos sobre 5.[1] Por otra parte, sin embargo, ante la afirmación «la entidad vela por una distribución equitativa de las tareas reproductivas y de cuidado necesarias para el funcionamiento de la entidad», la evaluación que se hace no es tan positiva, ya que recibe una valoración media de 3,5 puntos de media sobre 5. Así pues, lo que se percibe es que hay mucho margen de mejora en el reparto equitativo de las tareas reproductivas y de cuidado, a pesar de que se reconocen los trabajos que desarrolla cada uno cuando las tareas están claramente asignadas.
Se detecta, además, que la mayor parte del personal técnico soporta un volumen muy elevado de trabajo, y que un reparto no equitativo genera malestares en las personas que asumen estas tareas
[1] Podéis consultar el universo de la muestra en el apartado «Cómo se hizo», subapartado «Apuntes metodológicos».
- Aviso para navegantes
- No todas las tareas pueden ser equitativas, ya que hacerlo todo de forma compartida puede hacer muy pesado el proceso y puede provocar una pérdida de tiempo y esfuerzos. Pero sí que pueden ser reconocidas y agradecidas.
- No basta con hacer una lista de todas las tareas que se desarrollan en la entidad (productivas y reproductivas) y tenerlas presentes, también hay que reorganizar de forma equitativa y teniendo en cuenta las especificidades de rol, conocimientos y necesidades de cada persona.
- A la hora de redistribuir las tareas, es importante tener en cuenta la carga total de trabajo de cada persona (teniendo en cuenta las tareas productivas y reproductivas), así como el peso de las tareas que asume. Asimismo, si como entidad queremos apostar políticamente por un modelo de distribución equitativa de las tareas, es necesario que todo el mundo —de forma fija o rotativa— asuma tareas reproductivas.
- No todas las tareas pueden ser equitativas, ya que hacerlo todo de forma compartida puede hacer muy pesado el proceso y puede provocar una pérdida de tiempo y esfuerzos. Pero sí que pueden ser reconocidas y agradecidas.
- Ejercicio de grupo
Es importante que adaptéis la propuesta de ejercicio a la realidad de vuestra entidad y al nivel de conocimiento o trabajo sobre el tema en concreto. También os animamos a compartir otras dinámicas o ejercicios que conozcáis y que ayuden a otras entidades a trabajar sobre este eje.
- Más herramientas
Autodiagnosis
Vuestra entidad hace tiempo que trabaja para incorporar la ética del cuidado en la organización y ya se ocupa de hacer visibles y reconocer las tareas reproductivas y tradicionalmente invisibilizadas. Este trabajo se ha traducido en mayor bienestar entre el equipo.
Consejos para la transformación de las entidades
- Si la organización es bastante grande, se pueden establecer cláusulas para que cada una de las categorías profesionales (cada uno de los tipos de puestos de trabajo) sean paritarios.
- Detallar las tareas reproductivas e invisibles de cada puesto de trabajo.
Vuestra entidad ya es consciente de que hay algunas tareas que no se tienen presentes a la hora de repartir el trabajo, pero aún no se ha dado una respuesta formal.
Consejos para la transformación de las entidades
- Introducir las tareas invisibles y las tareas reproductivas en la relación de tareas de cada puesto de trabajo, en tanto que tareas transversales que debe realizar para todos (por ejemplo: cuidar del espacio, asumir tareas rotativas reproductivas como coger el teléfono, abrir la puerta...).
- Hay que establecer turnos rotatorios para las tareas reproductivas y de cuidados en el seno de la entidad.
Vuestra entidad ha comenzado a ser consciente de que hay tareas que no se tienen en cuenta y que siempre recaen sobre las mismas personas, pero todavía no se ha planteado modificar esta problemática.
Consejos para la transformación de las entidades
- Hay que identificar y revisar el conjunto de tareas que hacen que la organización funcione cotidianamente. Identificar cuáles de estas son visibles, invisibles, más o menos reconocidas y cómo están distribuidas. Poner sobre la mesa los malestares que esto pueda generar y las necesidades de cada persona respecto a la distribución actual.
- Organizar una jornada interna de cuidado del espacio, el entorno y las personas para decidir mediante la práctica cómo queremos que sea este cuidado cotidiano y cómo queremos distribuir las tareas que se derivan (por ejemplo: quién regará las plantas).
Vuestra entidad no había pensado que podía haber esta problemática, aunque sí que se detectaba malestar entre los miembros del equipo para la asunción desigual de determinados trabajos.
Consejos para la transformación de las entidades
- Formar (o exigir formaciones como requisito de acceso) en clave de género a todo el personal técnico para que sean sensibles y proactivos a trabajar por la equidad en el reparto de tareas.
- Formar a los miembros de la junta y a personas voluntarias de larga duración en clave de género para que sean sensibles y proactivos a trabajar por la equidad en el reparto de tareas.
Ejercicio de grupo
Es importante que adaptéis la propuesta de ejercicio a la realidad de vuestra entidad y al nivel de conocimiento o trabajo sobre el tema en concreto. También os animamos a compartir otras dinámicas o ejercicios que conozcáis y que ayuden a otras entidades a trabajar sobre este eje.